Buenos Aires – (Terra)
La revista El Teje busca sacar a los y las transexuales de la condena prostibularia, la estigmatización social y las crónicas policiales. Su directora, Marlene Wayar, aclara: "romper con la transfobia” (el rechazo a las personas cuya identidad de género no se basa en la de su sexo biológico).
“Escribimos para ser seres posibles”, aclara de entrada Marlene Wayar, líder de la organización Futuro Transgenérico y directora de El Teje, la primera revista argentina y latinoamericana hecha por y para travestis y transexuales.
Con el apoyo del Centro Cultural Ricardo Rojas, de la Universidad de Buenos Aires, y del Centro Cultural de España en Buenos Aires, este periódico semestral con un formato bien grande, y publica artículos que van desde usos y riesgos de hormonas e implantes mamarios hasta las zonas del conurbano donde más creció el asesinato de chicas prostituidas.
También hay espacio para las entrevistas, el humor, la cartelera confesional, coqueterías y, por supuesto, los “chongos”, un olimpo de mediáticos y desconocidos, todos “bien hombres” y bellos.
Diversidad
Wayar dice que aún está “sorprendida” por el impacto que El Teje tiene en la sociedad y adelanta que, con cuatro números en la calle, el desafío hacia adelante es llegar con más fuerza a su propia comunidad.
Uno de los caminos que transitaron hasta ahora fue “dar espacio a nuestra propia diversidad. En las contratapas hay chicas gorditas de Constitución junto a las que son más parecidas al modelo que impone (la revista) Para Ti”, señala.
Entre medio de “Dime qué tetas tienes y te diré quién eres” y “¿Nadie oyó gritar a Naty” (una de las tantas travestis que sufrió una golpiza en La Matanza), aparece Joaquín Furriel, como uno de los chongos destacados por “esa mirada dulzona que nos conquistó”.
Una de las redactoras estrella de El Teje es la escritora Naty Menstrual, quien cuenta cómo le puso los puntos a Chiche Gelblung cuando la invitó a su programa de televisión.
Diana Sacayán, por su parte, referente del movimiento travesti bonaerense, suele internarse en las zonas más calientes de la Provincia para investigar y denunciar algunos de los “crímenes del odio” que conmueven a diario a las travestis y transexuales. Homicidios que, rara vez, llegan a los medios masivos.
Del otro lado, Julia Amore, una actriz del clan Muscari, relata -por entregas- cómo avanza su proceso de reasignación de sexo -cambiar su pene por una vagina-. “Tenés que demostrar que sos lo que querés ser, pero además debes asumirte como “no sano” para que te tomen en serio”; confiesa.
¿Por qué se llama El Teje? Se trata de “la” expresión de la amplia jerga ‘trans’. Refiere a cierta complicidad entre dos o más personas que queda oculta, a lo que se sabe y no se cuenta.
“Cuando venimos al mundo, entrevemos que hay algo que debemos explicarnos a nosotras mismas y a nuestras familias. Es ahí que nos damos cuenta de que estamos paradas en la nada, que no tenemos herramientas suficientes para reflexionarnos. Lo ‘trans’ cuestiona al sistema patriarcal que pretende reducir nuestra identidad a algo genital y carente de sensibilidad”. Ese el “el teje” que, cuenta Wayar, está “destejiendo” desde hace dos años.
Terra / Pablo Herrero Garisto. – Fotos: SentidoG.com
Fonte: Sentido G
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